El juego
El juego es fundamental para el enfoque psicomotricista, ya sean los juegos motores, de representación o reglados.
Juegos motores
Gilbert y Vial investigaron actividades motoras espontáneas que los niños realizan en diferentes espacios como parques, escuelas, etc. Para la investigación se consideraron los siguientes aspectos:
1.Condiciones materiales.
2.Relación con el espacio.
3. Dinámica del movimiento.
4. Organización temporal.
5. Significación psicológica.
A su vez, a los juegos de prevalencia motora los dividieron en dos grupos:
1) los centrados en uno mismo, en el cuerpo y en el placer que provocan y
2) los dirigidos al exterior, a conquistar el espacio.
Los centrados en uno mismo incluyen los balanceos, los giros, las caídas y otros más. Los dirigidos al exterior pueden ser: saltar, trepar, mantener el equilibrio, correr carreras, etcétera.
A continuación, nos referiremos a los juegos centrados en uno mismo por ser una modalidad poco ejercitada en forma intencional en las actividades de juegos programadas dentro de las instituciones educativas.
Balanceos
Se definen como balanceos aquellos movimientos de oscilación regular del cuerpo (hacia un lado y otro de un centro de equilibrio) o movimientos de oscilación regular de una parte del cuerpo (de un lado a otro de una articulación).
En cuanto a las condiciones materiales, existen los balanceos limitados al cuerpo en los que es éste en sus particularidades el que impone al movimiento sus propios límites y el que procura el péndulo y el punto fijo que sirve de apoyo al movimiento. En otro tipo de balanceos se utilizan objetos como columpios u otros que por su forma y movilidad se prestan para este fin, aun cuando no hayan sido hechos para tal propósito.
Con respecto a la relación con el espacio, el balanceo es un movimiento de vaivén en el espacio que se puede experimentar en diferentes posturas y direcciones. Las posturas pueden ser: parado con piernas juntas o separadas, apoyado en pies y manos, sentado de rodillas, suspendido por los brazos o por las piernas, acostado boca arriba o boca abajo. El balanceo puede tener diferentes direcciones: adelante-atrás, arriba-abajo, izquierda-derecha y combinación de las anteriores.
La dinámica del movimiento también es variada. En el balanceo activo uno se mueve por sí mismo, en el pasivo es balanceado por otro. A nivel tónico los balanceos pueden producir rigidez, moviéndose el cuerpo en bloque o permaneciendo flexible.
En su organización temporal el balanceo es un movimiento repetitivo en el tiempo, con carácter periódico. Cada balanceo tiene una frecuencia, una velocidad y amplitud que le es propia, todo lo cual configura un ritmo.
En las significaciones psicológicas, estos desplazamientos promueven distintas sensaciones: tensión, angustia, aturdimiento, malestar o, por el contrario, distensión, apaciguamiento, placer.
El balanceo intenso hace mover el líquido que se encuentra dentro del caracol del oído. Este líquido, a su vez, controla el equilibrio, por lo tanto al moverse genera desequilibrio e inestabilidad, sensaciones que en dosis adecuadas son positivas para ayudar al niño a controlar y superar angustias, miedos, etcétera. Recordemos que el balanceo es el primer movimiento que genera placer desde el vientre materno.
Resumiendo, los balanceos producen:
• Placer de sentir su propio cuerpo.
• Placer de controlar cada vez más el movimiento.
•Placer de jugar con el miedo.
Movimientos giratorios
Estos movimientos pueden ser de giro completo —uno solo o varios— o de giro incompleto.
Las condiciones materiales pueden variar. Algunos son realizados sólo con el cuerpo, otros con el cuerpo en relación a un pivote o eje exterior fijo y otros con una persona u objeto que gire. Como ejemplos están las rodadas, las volteretas, las rondas, los avioncitos, etcétera.
Al igual que los balanceos, se pueden realizar sobre objetos hechos para tal fin, como los caballitos, o utilizando de manera no convencional otros elementos como colchones, postes planos inclinados, etcétera.
La dinámica del movimiento puede ser de movimientos pasivos, entre ellos los cambios de posición de decúbito dorsal a ventral, el avioncito, los caballitos y movimientos activos: rodadas, volteretas, rondas.
Con respecto a la organización temporal los movimientos pueden ser aislados o encadenados, adquiriendo un carácter continuo, repetitivo, pero que no son alternos como los balanceos.
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